El Everton remontó un 0-2 en contra al Crystal Palace, escapó de una pesadilla que comenzó a principio de curso y ganó 3-2 con una remontada espectacular con la que firmó la salvación matemática para evitar el que habría sido un duelo agónico la última jornada ante el Arsenal en el Emirates Stadium.
Los hombres dirigidos por Franck Lampard por fin respiraron después de una temporada para olvidar. Jugaron con fuego durante 37 jornadas y estuvieron a punto de quemarse. Una derrota frente al Crystal Palace, habría provocado una más que probable debacle con una visita al Arsenal, que aún se juega una plaza Champions y no habría tenido piedad alguna de su rival.
El Everton, además, evitó una amenaza que durante muchos minutos llegó a ser real. El fantasma de 1951, el último descenso del club a la Segunda División británica, acechó hasta el minuto 85, cuando Dominic Calvert-Lewin marcó un gol decisivo que desató la locura en entre los aficionados del club de 'Merseyside'.
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Antes, el Everton, que sumará su temporada 119 en la máxima categoría del fútbol inglés, tuvo que despertar de un mal sueño. El Crystal Palace, que no se jugaba nada más que el dinero extra por subir puestos en la clasificación, sorprendió al público de un estadio que se fue al descanso muy preocupado con un 0-2 en contra.
Y eso que pudo adelantarse en el marcador con un lanzamiento de falta de Richarlison que golpeó en el larguero de la portería defendida por Jack Butland. El intento del brasileño pudo cambiar el destino del encuentro, pero la realidad es que el guardameta del Everton, Jordan Pickford, fue el primero en recoger el balón de la red de su portería por culpa de un potente cabezazo de Jean-Philippe Mateta, que inauguró el marcador a los 26 minutos.
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El mazazo fue grande, porque el equipo de Lampard no estaba jugando mal. Y, después del gol del Crystal Palace, tampoco perdió la compostura. Pero, aún así, en un rebote dentro del área, Jordan Ayew dio el segundo mazazo al Everton, obligado a resetearse en el descanso para intentar evitar una derrota peligrosísima.
No tenía más remedio y lo consiguió. La necesidad dio alas al equipo de Lampard, que redujo distancias por medio de Michael Keane y acosó al Palace hasta empatar a falta de quince minutos por medio de Richarlison.
El gol del milagro
Entonces, se volcó desesperado a por el tanto de la permanencia y consiguió el ansiado premio casi sobre la bocina, con un cabezazo de Calvert-Lewin que acabó con el sufrimiento de un club que rozó el infierno pero tocó la gloria y desató la locura entre la hinchada del 'Merseyside'. El Everton, es de Primera División.